La victoria será de las que se atrevan


Por Partido Guevarista de Argentina

El pasado miércoles 8 de agosto vimos quizás uno de los debates más retrógrados que la política de nuestro país pudo haber vivido. Podemos hablar de las barbaridades de Urtubey o de Pinedo…la ambigüedad nada ingenua y oportunista de Cristina Kirchner pero lo único cierto es que la ley no fue aprobada.  Ahora bien, las declaraciones de Cristina muestran el oportunismo mas rancio y asqueroso que podemos conocer, pidiendo que “no ataquemos a la oscurantista Iglesia Católica” con sus pedófilos curas y monjas. Ridículo que venga de alguien que durante tres mandatos (dos de ella y una de su marido) jamás habilitó el debate en el congreso, aun contando con la mayoría en ambas cámaras.

Las barbaridades de algunos senadores del interior de nuestro país propias del medioevo, son de personas retrógradas y que responden a lo peor de nuestra sociedad. Ni que decir de la vicepresidenta, atacando verbalmente a un senador de su fuerza política que apoyaba el proyecto. Todo parecía algo entre bizarro y de mal gusto.  Por su parte pudimos observar el malestar también con La Campaña Nacional por la Legalización de. Aborto, criticada por no haber llevado la pelea hasta lo último en la jornada y ser, en definitiva, un dique de contención más que un abono para elevar políticamente el movimiento feminista, que está desgraciadamente hegemonizado por sectores posmodernos que reniegan del feminismo clasista.

Otro análisis que tenemos que hacer es el rol que jugaron las iglesias, operando no solo a través de la presión a las y los senadores, sino movilizando a distintos siniestros personajes bajo consignas como: “Cristo Vencerá”, típicas del Opus Dei cómplice de todas las dictaduras. Hemos visibilizado que la lucha por la interrupción voluntaria del embarazo es una lucha a nivel mundial , y seguiremos luchando por la Ley, mal que les pese a los que gracias al aborto clandestino mantienen negocios millonarios. Continuar esta pelea significa enfrentar al poder político cómplice, escrachando públicamente a estos personajes. 

Si gobiernan contra las mujeres de la clase trabajadora no hay que dejarlos, aunque les pese a La Campaña y a los sectores del feminismo posmoderno, esto no se logra solamente con performances en las líneas del subte sino con la movilización callejera y la Acción Directa, por el Aborto Legal, contra los Abusadores y Violadores.  La movilización masiva de las mujeres no tiene retorno, un proceso de vanguardia que las ubica a la cabeza de las luchas en nuestro país y por encima de la burocracia sindical y de otros sectores afectados por el capitalismo. La lucha por la emancipación de la mujer, que es más que justa, debe ser levantada por la clase trabajadora detrás de la Bandera del Feminismo Clasista, porque: ¡La Revolución Socialista debe también ser Feminista! 

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